A lo largo de nuestra vida hemos escuchado que las empresas
son el motor de la economía, lo cual es totalmente cierto. Sin embargo, en España se acentúa esta
situación, ya que podríamos reducir el concepto de empresas a pequeñas y
medianas, las cuales conforman alrededor 99,88% del tejido empresarial. Y es aquí
cuando nos preguntamos ¿Por qué en España cuesta tanto emprender?
A continuación,
realizaré un breve resumen de los grandes obstáculos que tienen que enfrentarse
este colectivo, problemas que posiblemente sonarán mucho en este año de
elecciones.
En primer lugar, y como principal problema la mayoría de
emprendedores destacan el difícil acceso a la financiación, ya que las Pymes
son consideradas como entidades de alto riesgo y requieren de altos costes por
parte de los bancos para realizar estudios de crédito, de manera que éstos prefieren desviar sus
recursos a organizaciones de mayor tamaño. Además, a esto hay que añadirle la
gran burocracia que hay que llevar a cabo para montar la empresa y los grandes
costes asociados.
Por otra parte, y como tema más llamativo para conocer este
entramado mundo de las empresas son las grandes barreras que establece España
para la cotización al inicio de la actividad económica. En España, los autónomos son regulados por el
Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). Como característica de este
régimen es que se cotiza con respecto a unos mínimos y máximos, y no en función
de las rentas reales. Al iniciar una
actividad económica en territorio nacional tenemos que cotizar, con un pago
mínimo de 255.86 independientemente de los ingresos que se obtengan, los cuales
pueden ser hasta negativos.
Realizando una breve comparación con algunos de los países
europeos como el caso de Francia, observamos que no se paga absolutamente nada en
el primer año y el abono mensual es de 49 €. Además, en el caso de empresas
individuales, artesanales, comerciales o liberales los trámites para la
creación de empresas se simplifican. Respecto a Alemania se paga 140 € en
concepto de Seguridad Social, y se le puede eximir de este pago a los
empresarios que no alcancen los 1700 € netos al mes. Por último, y como polo
opuesto encontramos Inglaterra en la cual se pagarían únicamente 12€ en caso de
que las ganancias no sean superiores 5.595 libras ( 7.747€).
¿Realmente queremos incentivar a los emprendedores? Con esto
dejamos claro, que lo único que motivamos son las grandes inversiones, coherentemente
y económicamente es lo correcto, ya que son los que generan un mayor movimiento
de capital. Pero… ¿Y nuestro 99.8% de Pymes? Sin ninguna duda deberíamos
modificar este régimen porque nos estamos cargando a la gran mayoría de
nuestros emprendedores, y más en tiempos difíciles como estos en los que
emprender ya es un gran hito.
A.A.
No hay comentarios:
Publicar un comentario