viernes, 22 de mayo de 2015

¿Existe relación entre la ayuda y el crecimiento económico?

Algunos economistas sostienen que la asistencia a países pobres ha provocado perpetuar gobiernos ineficientes y enriquecer a la clase política. Otros en cambio, afirman que esa asistencia 'ha reducido el hambre y favorecido el crecimiento en países como Corea o Indonesia'. El problema no reside en los beneficiarios sino en los donantes, quienes ofrecen la ayuda a aliados políticos y no al desarrollo. Destacan los avancen en la Revolución Verde en Tanzania y Mozambique, o las campañas para evitar la deshidratación. Cabe decir que, desde hace 40 años que se inició la asistencia los índices de pobreza han disminuido y los de educación y sanidad han aumentado.
En las últimas décadas han surgido tres líneas de pensamiento acerca de la ayuda y el crecimiento. La primera se refiere a que la asistencia no incide en el crecimiento, y puede incluso tener un efecto negativo. Es así que se tiene en cuestión si la ayuda y el crecimiento tienen una relación lineal sin tener en cuenta la endogeneidad. La segunda hace referencia a que en promedio, la asistencia tiene una relación positiva con el crecimiento (aunque no en todos los países), pero con rendimientos decrecientes. Y la tercera y última afirma que la ayuda tiene una relación condicional con el crecimiento, y contribuye a acelerarlo solo en determinadas circunstancias.
            Nuevos estudios inciden en que no toda la ayuda incide de igual forma. Estos estudios están viciados tanto por razones de fondo como por razones temporales. En cuanto a las razones de fondo está claro que no toda la ayuda se destina a fomentar el crecimiento; también se emplea para satisfacer las necesidades básicas alimentarias y sanitarias de una población. Y referido a las razones temporales  muchas investigaciones emplean datos con paneles de observaciones cuatrienales, tiempo no suficiente como para poder medir el impacto sobre el crecimiento que produce la asistencia. Examinada la asistencia dada en 67 países entre 1974 y 2001 se divide en tres categorías: asistencia para socorro en casos de desastres, emergencias y ayuda humanitaria, incluida la asistencia humanitaria. En este caso existe una relación negativa, puesto que ante catástrofes naturales o de diversa índole el crecimiento se reduciría y la cantidad de asistencia aumentaría.
La asistencia de ‘pronta incidencia’.
            Cabe decir que a asistencia es mejor en países con mejores instituciones políticas y jurídicas. En ellos la ayuda de pronta incidencia tiene rápida repercusión en el crecimiento así como en países donde la esperanza de vida es elevada.  ¿Hay límites en la capacidad de absorción de ayuda de pronta incidencia en un beneficiario común? Sí. La tasa máxima de crecimiento se da cuando la ayuda de pronta incidencia representa aproximadamente el 8% del PIB, siendo ésta poco más de la mitad de la ayuda total, la cual representa el 16% del PIB. Por ello unos países tienen mayor capacidad de absorción que otros, dependiendo ésta de la calidad de las instituciones y la salud de la población.
            Por último, sabemos que la sobre-asistencia ha estancado países y mantenido gobiernos poco eficientes. Pero toda aquella ayuda destinada al crecimiento ha tenido sus frutos. Es cierto que las limitaciones de la capacidad de absorción son reales, pero no son un impedimento para el crecimiento, y por eso debemos centrarnos en cómo superar estos límites y hacer más eficiente la asistencia para promover el desarrollo y el crecimiento y dejar a un lado los discursos superfluos que no llegan a ningún destino.

G.V.L  

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